martes, 4 de febrero de 2025

¿Eres un CREBA?


Estabas plácidamente acurrucado en los brazos de

Morfeo, a las 5 de la mañana, cuando de repente tu

móvil (que lo tenías en silencio, o por lo menos eso

creías) ha empezado a chillar de manera estridente

y repetitiva con el canto de un gallo enloquecido.

-¿sí?

-¿Eres un CREBA?

-......

-¿Eres un CREBA o no?

-......

A las 5 de la mañana ni eres CREBA ni eres nada y no atinabas ni a preguntar quién era el maleducado que osaba a despertarte a estas horas.

-¿Oiga? ¿Me oye? Aquí Jaime Alfonsín Alfonso

-S....ssi ¿Quién dice que es?

-Jaime Alfonsín Alfonso, el Jefe de la Casa de Su Majestad el Rey de España Felipe VI


Definitivamente estabas soñando. ¿Por qué iba a llamarte el «secretario personal» del Rey de España a estas horas de la madrugada? Seguramente alguien te estaba gastando una broma. Con lo que colgaste el móvil, te aseguraste de quitarle el sonido, y lo dejaste encima de la mesilla de noche, al tiempo que te dabas media vuelta en la cama para volver a dormirte. No había pasado ni 5 segundos cuando el móvil volvió chillar con la impaciencia de un gallo impertinente.

-¿sí?

-En 10 minutos debes estar en el cuartel general

-¿Cuartel general? ¿Ahora? ¿A las cinco de la mañana?

Te levantas de un salto y coges la bicicleta poniéndote la sudadera, sin darte cuenta que no te habías quitado el pijama. Pero no importa, el cuartel general de los CREBA está en una puerta blanca, que siempre está cerrada, dentro de la biblioteca del IES Bárbara de Braganza. Y cuando uno atraviesa esa puerta pueden sucederle las cosas más variopintas.

Llegas a la vez que otro de tus compañeros CREBA al que un gallo impertinente también ha despertado mientras dormía.

De momento no veis nada raro en la biblioteca, salvo que las luces no se encienden y que desde la cerradura de la misteriosa puerta blanca sale... ¡luz!

A estas alturas y con vuestras experiencias detectivescas eso no os asusta, ya que sabéis que es el preludio de una gran aventura. Os acercáis a mirar por el ojo de la cerradura...